El síndrome de Cotard, también conocido como delirio de negación o delirio nihilista, es una rara enfermedad que se caracteriza por que la persona que la posee, suele creer que esta muerta, que sus órganos se pudren o que simplemente no existe y todo lo que ven alrededor es producto de una ilusión. En muchos casos, estas personas están tan convencidas de que ya están muertas que llegan a creer que son inmortales y que nada les puede hacer daño o sentir dolor, por lo que puede ser muy peligroso para la salud de estas personas, ya que al supuestamente no sentir dolor se pueden autolesionar.
Esta enfermedad fue descubierta por Jules Cotard, un neurólogo y psiquiatra Francés, que en el año 1880 presento este síndrome en una conferencia en París. El describió el caso de una paciente que decía que no tenia órganos, por lo que no sentía la necesidad de comer, lo que la llevo a la muerte.
El síndrome de cotard también puede presentarse por razones externas, como por ejemplo daños en el lóbulo parietal del cerebro. En 1990 ocurrió un caso de este síndrome en Edimburgo, que fue causado por un accidente en motocicleta. Cuando el paciente despertó, su madre lo llevó a Sudáfrica, por lo que éĺ decía que había muerto de Septicemia o de Sida y que había sido llevado hacia el infierno, ya que en ningún otro lugar podía hacer tanto calor.
Esta enfermedad fue descubierta por Jules Cotard, un neurólogo y psiquiatra Francés, que en el año 1880 presento este síndrome en una conferencia en París. El describió el caso de una paciente que decía que no tenia órganos, por lo que no sentía la necesidad de comer, lo que la llevo a la muerte.
El síndrome de cotard también puede presentarse por razones externas, como por ejemplo daños en el lóbulo parietal del cerebro. En 1990 ocurrió un caso de este síndrome en Edimburgo, que fue causado por un accidente en motocicleta. Cuando el paciente despertó, su madre lo llevó a Sudáfrica, por lo que éĺ decía que había muerto de Septicemia o de Sida y que había sido llevado hacia el infierno, ya que en ningún otro lugar podía hacer tanto calor.
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